Según las metas fijadas por el Gobierno chileno, la electromovilidad será de 40% para vehículos particulares
Solo la incorporación de vehículos eléctricos livianos evitará la emisión de 11 millones de toneladas de dióxido de carbono al año en el país austral
Fomentar el uso eficiente de la energía es una de las metas más ambiciosas que se ha planteado el Gobierno chileno para los próximos años. Dentro de los lineamientos que permitan una reducción de 20% de la demanda energética mejorando la eficiencia del parque automotor, en el año 2050, el transporte público urbano de Chile debe ser 100% eléctrico, según la meta fijada en la Estrategia Nacional de Movilidad, acordada por el Ministerio de Energía, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones y el Ministerio del Medio Ambiente.
Actualmente, el transporte público de pasajeros en Chile ya cuenta con una importante penetración de tecnologías electricas, en su mayoría sistemas ferroviarios como el Metro de Santiago, el Metro de Valparaíso, el Tren Central, el Biotrén, así como trolebuses de Valparaíso, algunos taxis y buses demostrativos. También hay proyectos en desarrollo como buses eléctricos en Transantiago, teleféricos y tranvías en distintas ciudades.
Debido al uso intensivo, el transporte público es el segmento donde se puede desarrollar en forma más natural la electromovilidad, dado que el costo de operación domina al costo capital, y existe una mayor intervención de la política pública en el transporte de pasajeros, permitiendo que sirva de punto de partida para la penetración y consolidación de estas tecnologías en el país.
Meta de 40% para vehículos particulares
Si bien los automóviles eléctricos de uso privado no invadirán el mercado con la misma velocidad con la que lo hará el transporte público, el Gobierno chileno se ha fijado como meta lograr que en el año 2050, al menos 40% de los vehículos particulares funcionen con alimentación eléctrica, considerando que a pesar de la baja penetración que han tenido hasta el momento, esta tecnología ha comenzado a ganar espacio en la medida en que ha ido mejorando su autonomía.
Gracias a que los vehículos eléctricos tienen un menor costo de operación, la incursión ha sido un poco más rápida en lo que se refiere a automóviles livianos y mediados de uso comercial como taxis, colectivos y flotas de reparto. De igual manera han ido ganando popularidad en el mercado los vehículos eléctricos menores como motocicletas, bicicletas y otros similares, debido a la factibilidad de uso y rentabilidad.
Reducir contaminación y gasto energético
Chile ha mostrado particular interés por implementar políticas públicas que apunten a un uso eficiente de la energía en el sector transporte para reducir los efectos sobre el medio ambiente, debido a que un tercio del consumo energético en Chile corresponde a este sector y, de esta fracción, 98% proviene de derivados del petróleo, convirtiéndolo en responsable de cerca de 20% del total de emisiones de gases de efecto invernadero del país. Además, el gobierno chileno busca disminuir la dependencia de combustibles importados y la vulnerabilidad que esto representa para un país con escasa producción de hidrocarburos.
Según las estimaciones oficiales plasmadas en este informe, considerando solo la meta para vehículos livianos, la incorporación de estos carros eléctricos evitará la emisión de once millones de toneladas de dióxido de carbono al año en el país austral y reducirá el gasto energético en más de 3.300 millones de dólares anuales, correspondientes casi exclusivamente a combustibles importados, de acuerdo con los cálculos del Ministerio de Energía.